
Triumph pasaba problemas. Los gustos del mercado habían hecho que se enfocara en cruisers para intentar competir contra los estadounidenses por un lado y con los japoneses por la velocidad por otro. Perdía la batalla en ambos frentes. Recordando sus viejas glorias, podios y laureles, se negaba a admitir que había sido superada. Pero las ventas no mentían: la habían dejado atrás.
Debilitados, se mantuvieron gracias a un público fiel y pequeño, hasta que los consumidores se dieron cuenta de que no hay necesidad de superar los 300 km/h. De que los frenos solo necesitan ser de cerámica en la pista. Sorprendentemente, en un mundo de revoluciones tecnológicas los gustos por las motos regresaron a lo analógico. Probablemente, las motos deportivas de los ’60 fueran ya lo bastante rápidas.
La línea clásica de Triumph ha visto un resurgir en popularidad -la marca se ha dado cuenta, claro-, repitiendo la fórmula que las hacía tan deseadas en la posguerra británica. El diseño de la Bonneville se ha mantenido prácticamente intacto desde sus origenes, cuando se codeaba con Norton y BSA.
La Thruxton es una versión más deportiva de su ‘Bonnie‘, principalmente por la postura de conducción. El manillar es más bajo; los reposapiés están más retrasados; el depósito y el motor, salvo ajustes menores, son de la Bonneville. Fue introducida en 2007, y esta (año 2013) es su tercera generación.
Para entonces, Triumph ya había afinado la tecnología que las hacen tan populares: diseño clásico junto con mecánica moderna. A más de un rocker le habría salvado la vida haber contado con las prestaciones del S XXI. Además, con su éxito consiguió cimentar otros modelos más deportivos como la Daytona o la Street Triple.
El motor entrega 69 caballos de forma lineal, muy elásticos y sorprendentemente potentes. Hay que recordar que es una deportiva de la vieja escuela, aquellas de la isla de Man: pensada para unos 200 kilómetros de carreteras viradas, jugando con la aceleración y la intensidad de emociones que induce.
Pero quizás el punto más atractivo de las Thruxton sea el grado de modificaciones que, más que aceptar de buena gana, hace brillar. Como las motos de los rockers, están pensadas para que cada una sea única. Triumph y muchas otras marcas ofrecen seductoras opciones para personalizarla.
En MotoSerpak hemos tenido alguna de ellas tanto reparándolas como en venta, así que si tienes una Triumph Thruxton o cualquier otro modelo, no dudes en contactar con nosotros.
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